jueves, diciembre 21, 2006

5.

Siempre odió a las que pintan con la boca, que quieren matizar con las palabras, y siempre hacen autoretratos. Que insoportable es estar oyendo, leyendo, que si la estuviera viendo en ese instante vería una masa sweaters y playeras, o que cuando dormía estaba envuelta en la cobija y solo se veian sus pies. Pensó que la última de esas se había ido en el barco.

¿Será que está maldito a conocer mujeres inseguras nada más?, eso lo atormenta tanto, mujeres que se mueren por hacer una imagen de tiernas, o que aprovechan cada instante para describirse, para decir como están vestidas, o como se ven, a que se parecen. Alguien que no tiene nada que decir es un fastidio, pero peor son las personas que solo hablan de ellos(de lo evidente y de lo irrelevante). ¿Podría subir a todas en un barco y mandarlas tan lejos como a Ella?, El sonrie con esa idea, y por primera vez en un rato se olvida de que la odia tanto como a la que se fué.

miércoles, octubre 25, 2006

4.

Aplicó la nueva estrategia, buscó la mesa más adecuada del café, lo calculó tan perfectamente, con tanta atención que cuando comenzó a ejecutarlo no hubo ningun problema, ni el mínimo titubeo. Una vez sentado solo quedaba ver y esperar. Cazador, un viejo winchester, taza de café y cigarros.
Tuvo bastante tiempo para arrepentirse, para pensarlo dos veces, ella llegó cuarenta minutos después y se sentó donde se sabía que lo haría, junto a la lámpara, en los silloncitos viejos; ella sólo fumaba y leía, el café lo pedía para poder quedarse.
Todo se fué desenvolviendo de un modo que evidenciaba su astucia, a cada momento el confiaba más en lo perfecto de su plan, prendió un cigarro, se acomodó en la silla y despacio comenzó a pasar un trago de café sin mover la vista del objetivo, leyó cada movimiento de su bellísima gacela, ese hermoso ejemplar que se encontraba ahí, a seis metros de el, por fin suya después de varias semanas de preparación.
Se notaba que olía la amenaza, pero no se esparaba nada de lo que le sucedería, menos de el.
Nunca perdió la calma, supo tener paciencia y no cometer errores, ella volteaba a todos lados, recorría con los ojos todas las caras, buscaba una explicación a su instinto, ninguna cabeza se delataba, y nunca dió con la de Él, había elegido la mejor mesa, la trinchera perfecta.
Ella sigue buscando, es cuestión de tiempo, tranquilo, hay que respirar hondo, exhalar despacio y no dejar de ver la mira, Él cuenta el tiempo, ella no lo verá, está seguro, por lo menos hasta que el decida salir y dejarse ver una fracción de segundo antes de disparar, otro cigarro, ella apaga el suyo, vuelve a buscar entre las caras, Él escupe el humo, sonríe un poco, se acomoda, y entonces.

miércoles, septiembre 27, 2006

3.

hace un mes que ella se fué, desde entonces no había dormido solo.

ayer la conoció, tomaban café, y fue un acto valiente de parte de ella, se acercó, pidió un cigarro y sin avisar ni pedir permiso se sentó. no dejó de notar sus ojos toda la tarde, casi no hablaron, respiraron uno al lado del otro, él fué el primero que preguntó. fue el atrevido.
lo demás vino sin ser buscado, volvió a andar por las calles con ella, con otra ella, con ella rubia, una que no se fué, que no se valió de un barco y de la distancia insorteable, ésta no nadó.
en la noche se ahogó, ella reventó en olas sobre su pecho, un arrecife, al final, la pleamar. el cuarto a obscuras.
el no durmió, la noche en vela, abría los ojos a ratos y buscaba su respiración a tientas. la buscaba a ella en la marea.
en la mañana solo quedaron medusas sobre la almohada, el amaneció solo, una trilobita entre sábanas, de nuevo un fósil, una bestia, la víctima prehistórica. otra vez al mar.

de vuelta a las olas.

lunes, septiembre 18, 2006

2.

el otro lado del mar. apenas despertó salió de la cama y se paró frente a la ventana, afuera el mar se movía. envuelta por la luz, era un eclipse, sus senos resplandecieron y dejaron que la luz escurriera por su espalda, cayendo gota a gota hasta llegar a sus muslos, la ropa era un fantasma y su cadáver hábía quedado tendido desde anoche al pie de la cama.

la ventana. por un lado: el mar y el cielo. por el otro: la cama y un fantasma. en medio: ella desnuda.

lunes, septiembre 11, 2006

1.

bastó una foto. i-i wanna be your dog!.

se despidió del barco. despedirse, y alejarse... lo de siempre, ver hacia atrás ni siquiera le está prohibido, al final resulta más castigo para el. porque siempre, lo que ha visto es el mundo-esfera, el amor-globo, y el, por fuera, es el mejor analista, no existe mejor fuente, un guía, y aun así... el solo se queda afuera.

diciendo adios sobre unos troncos podridos.


y solo bastó una foto.

jueves, agosto 24, 2006

Sé que te gusta poner la naríz bajo la lluvia, cerrar los ojos cuando pasa el viento, y te ries de los gatos.

Sin embargo no sé como te ves tomando agua, ni riéndote, eso si, hablas precioso.

Puedo atreverme a adivinar que te gusta la sombra de los árboles, el olor de la comida recién hecha, los días frescos.

miércoles, agosto 23, 2006

Hace unas horas aún estabas aquí.

Mis dedos, buscan, se pasean, suben y bajan por tus muslos, por tu espalda, los dejo en tus nalgas.

Ya no estás.

Enrredo la mano en la sábana, hago nudos en tus muslos, jalo y tiro tu espalda, los dedos acarician tus senos.

Amanece. Yo acostado contigo, desde la ventana se asoma la cabeza del vecino en su comedor, desayuna.

Te fuiste antes de que amaneciera y me quedé acostado, la resistencia a aceptar que preferiste cualquier otra cosa que amanecer aquí. Sigo tocando tus nalgas.
Los dedos revuelven tu espalda y tus senos, aprietan y no dejan que te vayas, pero ya no estás, solo acarician lento tu ombligo, y es fácil pasar a tu vagina. Está amaneciendo aún.

Sigue siendo de noche, acabas de irte, yo sigo a tu lado y recorro todo eso, lo tuyo.

Es medio día y a través del patio veo a los vecinos, la del 3-B, pobre, ve mis piernas desnudas, y yo acostado junto a tu sábana, junto a ti. Y la mano no deja de buscarte, estoy solo, la vieja del 3-B está plantada frente a la ventana y ve sin parar al del 2-D que está acostado acariciando una piel de víbora y con la verga parada.